.

+

en realidad, sólo somos gotas contra el suelo.

Lovely Luna.

8.12.12

Tempo novo

Era 21 y mediodía.Yo leía Tempo novo en un pasillo construido cinco siglos atrás. Era 21 y la calle estaba húmeda. El frío comenzó a llenar el espacio y lo hizo rebosar de ilusiones que salieron a enfrentarse a la lluvia. Dentro de unos años,puede que esas ilusiones necesiten de nuevo colmarse en un vaso o en cualquier otro lugar, como aquí, y puede que luego las derrame en una mesa.

La vida se divide en pequeños momentos que consiguen metamorfosear tu persona.  Los cambios no tienen por qué ser malos, y si alguien te dice que sí, miente. Porque dentro de unos años la piel más tersa dibujará surcos en su vejez y no por ello será menos hermosa. 

Puede que un día, 21, diga hasta luego, pero solamente porque no me gustan las despedidas.



Sempre estarei nalgunha parte de ningures agardándovos.

1.9.12

Hoy más que nunca.

Había empuñado durante demasiado tiempo la lanza de la indiferencia, sobre todos en esos momentos y comentarios que estaban fuera de lugar, tanto suyos como de los demás.
Conforme el tiempo pasaba y se hacía, por momentos, más duro estar fuera de casa, también sucedía que se hacía más duro permanecer en ella, cuando volvía. No por lo que hubiese dentro, no por la familia, si no por todo lo que rodeaba esa cura del alma, ese bálsamo en tiempos enfermizos, esas cuatro paredes.
No hay ningún lugar en el que puedas esconder el corazón y ponerlo a salvo de algunos agentes externos, esos que desgarran las entrañas y te vuelven una marioneta. Cuando algo así ocurría, yo recurría a los abrazos intensos, a las pataletas encima de la cama, a la serenidad que tenía que mantener cuando conducía. Cada uno tiene sus métodos, ¿no?
Puede que a cada paso que diera, me asquearan -sí, del verbo "asquear"- más cosas, esas que en los lugares grandes no ocurren, porque nadie está tan pendiente de tu vida, a nadie le importa lo que hagas o dejes de hacer: si hoy vas a correr o te quedas en casa, si hoy has decidido ir de fiesta o tomar algo con aquella otra persona, si hoy decides ir o quedarte.
Entonces era cuando volvía a mi vida, veía sus vueltas al pasado en una cuesta que nunca dejaría de significar para él algo importante,esos giros de cabeza hacia las ventanas de no sé que piso que siempre me inquietaba- tengo que decir que sin motivo-, y me hundía. Con el tiempo comprendí que cada persona necesita determinadas cosas en la vida  y que todos aprendemos a tolerar del mismo modo que esperamos que nos toleren.
La cosa en realidad tenía que ver con que cada cierto tiempo me sentía menos mía y más de todo el mundo, menos propensa a la soledad pero más propensa a sus devastadores efectos cuando parecía y es que estaba aprendiendo a no estar sola y eso daba miedo.

I gave me away

Déjame ver por última vez el mar y el balanceo de las olas que llegan a mi para morir. No quisiera molestar más con mi presencia al silencio y a la belleza que permiten serenar mi respiración . No, yo no quisiera hacer tal cosa. Por eso, déjame recorrer los acantilados en dónde el vértigo no existe porque se convierte en el placentero desmayo que te aleja por un momento de la vida real, del miedo de caer y te permite caminar por donde tu mente, totalmente cuerda, no te dejaría. A mi no me dejaría pensar que el secreto de la felicidad se encontrase tan lejos de un lugar hermoso en secretos, de luces y sombras y vientos cambiantes, húmedos y tan raudos como las palpitaciones del corazón. Y es que el corazón no permite a esos pequeños momentos o silencios ni a esas diminutas frases y grandes palabras que dañan su tejido que se alejen, los necesita extrañamente, aunque no lo hace siempre. Por eso, déjame ver por primera vez el mar y el suave balanceo de las olas, desde donde nacen, para poder arrastrarme con ellas hacia la orilla y recuperarme de una muerte asegurada.

21.4.12

El regreso hablado.


Habían pasado ochenta y tres días, o lo que es lo mismo, dos meses y 23 días. Las palabras fluyeron desde las cuencas orbitales hasta los dedos y allí, en forma de fuentes intermitentes, entre diversos papeles,volvieron a la vida. A veces sucede que algunos recuerdos sollozantes se convierten en eternidad con una simple caricia que mitiga su impacto en la realidad. Esa caricia es la escritura.
Estar separada de este mundo durante unos meses parecía, en un principio, no ser importante: “le puede pasar a cualquiera”, me decía; incluso los grandes escritores tienen épocas en su vida en la que la mente se vacía y el mero placer de escribir se vuelve insufrible.
Comparando diferentes etapas de este blog, puedo asegurar que, apoyándome en la fiabilidad de un 76% de lo tecleado, cuando más he escrito fue cuando los días eran más grises, las noches se convertían en días y mi horario estaba tan trastocado por una cotidianidad que a las personas de mi alrededor conseguía sorprender.
Y es que el ritmo de las palabras no tienen sentido si en mi cabeza, a veces, no imagino historias. No será la primera vez ni la última cuando, en aquella noche de febrero, me puse a hablar sola y a contar un cuento a nadie en mi habitación. ¿Fue un efecto de la locura por no transcribir al papel? Puede ser. ¿Fue el sentimiento de extrañar algo, de echarlo de menos, lo que me llevó a tal actitud? Es muy posible. Y más aún, al estar tan marcada esa sensación cada (fin de) semana en mi ser. Y mucho más aún, cuando el simple hecho de publicar algo en el blog se vuelve impensable. ( Dolor y esperanza. Impotencia.)
Y yo, que confundo palabras en el lenguaje cotidiano, que cambio sílabas de lugar, que pongo vocales donde las consonantes están tan juntas que un enlace más hace que su relación sea imposible. 
Yo, que no he aspirado a nada más que a transmitir lo que siento, vuelvo en medio de la niebla marina del 21 de abril de 2012 a mecanografiar algo, a sentirme realizada por un día, a pensar que puedo…
En otra ocasión, escribir fue ese sueño convertido en realidad, ese que sólo yo pude tocar y darle forma, esa oportunidad transformada en hilo narrativo que seguiría su curso, cada vez que yo quisiera, hacia la inmortalidad. Escribir fue… Escribir será.


(Rugen los pensamientos) Toc,toc,…
-  Pequeña, soy Escritura, he vuelto.
Te echaba en falta.

29.1.12

2 meses más 2 días : 2012

El ordenador me deja totalmente desarmada y el papel...él me abandona para albergar apuntes por deber, rasgándose en mis manos cuando le quiero dar placer.
Le he regalado días a mi vida sin escribir, sin plasmar ni un ápice de mi ser por pura impotencia. Lo he intentado, juro que he descifrado mi mente y he sacado palabras para él, para el único en este tiempo.
Sin ningún sentido, todo en mi cabeza me parece repetido y no sale, ya que nada nuevo puede hacerlo.
El cielo ya era infinito antes de verlo mis ojos...Pena que mi cabeza ahora no me permita describir la grandiosidad que desprendía hace unas horas, cuando me sentía tan pequeña debajo de tal inmensidad.