El ordenador me deja totalmente desarmada y el papel...él me abandona para albergar apuntes por deber, rasgándose en mis manos cuando le quiero dar placer.
Le he regalado días a mi vida sin escribir, sin plasmar ni un ápice de mi ser por pura impotencia. Lo he intentado, juro que he descifrado mi mente y he sacado palabras para él, para el único en este tiempo.
Sin ningún sentido, todo en mi cabeza me parece repetido y no sale, ya que nada nuevo puede hacerlo.
El cielo ya era infinito antes de verlo mis ojos...Pena que mi cabeza ahora no me permita describir la grandiosidad que desprendía hace unas horas, cuando me sentía tan pequeña debajo de tal inmensidad.
Es bueno que las cosas no cambien y que las grandes cosas que guardas ahí dentro permanezcan inmutables, pero estoy segura de que en breves ese sentir de siempre dispondrá de un nuevo filtro para ver a través del mismo objetivo. O lo que es mejor, que los nuevos objetivos creen nuevas historias.
ResponderEliminarRecuerda, ver el cielo no nos proporciona nada en comparación a todas las historias que se esconden entre las nubes que se interponen en esa inmensidad e infinitud.
Mientras no te salgan las palabras, leeré en tus ojos.
Parece que las musas nos han abandonado a tod@s...
ResponderEliminarPero volveremos con más fuerza-
Besazos enormes
Ha llegado una época de transición a tu mente, eso está claro. Pero todo pasa, y volverán las palabras a llenar de tinta el papel, y tus labios recitarán versos de nuevo.
ResponderEliminarPoco a poco, todo vuelve. De momento, opino igual que Arantxa: leeré en tus ojos, me parecen más claros que el mismo papel.
S.
Inmensas vistas desde lo alto del encabezado, te tiras a la inmensidad y eres de las pocas que planean sobre el abismo.
ResponderEliminarNo tengas miedo a repetir. Todos cantamos siempre la misma canción, pero con distintas palabras.