Al abrir la puerta,como al abrir cualquier otra cosa,esperamos que las cosas estén bien,en orden con lo que había antes o con lo que debería haber. Si la cosa concuerda, todo sigue bien,pero si no lo hace, la cabeza comienza a pensar de una forma abrumadora.
Listas y listas de sucesos con miles de diálogos y gestos comienza a abrirse y el buscador entra en las etiquetas de " sucesos más comunes",para que la mente pueda enfrentarse de primeras a algo de habitual.
Al dar un paso hacia adentro y al escuchar letras apiladas y palabras concadenadas,se van reduciendo las entradas más comunes para las posibilidades y se abre esa otra etiqueta de " sucesos extraños"; ésa que no tiene final y en donde los millones de datos reunidos, comienzan a sumarse y a multiplicarse para dar resultado a más datos que no llevarán a ningún lugar real.
En cuanto te sientas y las palabras concadenadas ya comienzan a tomar forma en una "explicación" : se reducen los datos y se comienzan a restar y a dividir entre ellos hasta contemplar una lista de "posibilidades" coherentes con lo narrado por el otro.
La oreja sigue trabajando,la mente y el alma comienzan a intercambiarse información y ,de inmediato, se suman los demás sentidos. Los sentimientos comienzan a brotar de forma voluntaria de la piel,a través de los gestos,de las palabras pronunciadas para el narrador.
Los datos comienzan a reducirse tanto que no queda posibilidad alguna y,con una lista a cero,es imposible imaginarse algo. Ahí es cuando llega ese hecho que te deja boquiabierto.
El suceso es ,primero, totalmente increíble (,pero no increíble de fenomenal,sino de algo totalmente " no creíble"). Luego, se comienza a asumir y en cuanto se dan más y más razones ,puede volver a ser "no creíble" o algo más.
A veces, como oyente,hay cosas que se te colan en el archivo de "cosas poco comunes,más bien extrañas"y ,por desgracia, otras veces, las reacciones ante los sucesos descritos también se colan en él. La razón es que el engaño, a uno mismo o a otro,no puede ser algo común. Si realmente la mente procesa datos a una velocidad de la luz y el alma se reseca entre cuatro paredes,el almacenamiento interior y el engaño exterior pueden saturar la memoria,haciendo que los pasos dados por la calle no sean más que mentiras " piadosas" enviadas por los nervios a los músculos pertinentes.
Es que si alguien ha entrado por una puerta ( por una ventana,por una baldosa,...) y ha estado procesando datos para intercambiar palabras reconfortantes y reales hacia esa otra persona de enfrente,la verdad interior no está de todo mal a cambio. Puede que no sea fácil,que los miedos cubran la salida de emergencia,que los restos de las rayaduras en la pared no sean agradables de mostrar,que los pedazos del corazón no quepan en las manos,... Acercar el alma a la que oye y ver que irá haciendo las cosas sencillas; que ayudará a sacar los miedos,recomponiendo la pared a tú lado; que intentará curar un corazón que ,por desgracia,se protege de los golpes de la vida : rompiéndose él mismo antes.