"Ella cogió el tren y decidió no bajarse en la próxima estación,seguir...
Ahora,la tengo enfrente. Después de tantos años ha llamado a mi puerta,ordenado su vida entre lagunas en mi sofá,pedido un trozo de mi corazón,recitado los recuerdos de nuestra juventud,declamado mis más profundos deseos infantiles con especial entusiasmo. Entonces,me he dado cuenta. Ha vuelto. Sus palabras ahora me pueden rebatir,son fuertes,han crecido. Su mirada no se pierde al hablar,su confianza es plena : sabe lo que dice. Me alegra.
La he observado desde que volvió y me pregunto dónde dejó la irracionalidad,la locura, el “paso de todo”.Y me doy cuenta de que sí,ha vuelto y no,no es la misma.
Me ha pedido que borre la palabra “aprender” de mi cabeza,que resalte la expresión “dejarse llevar”,la impersonalidad ,a veces,el yo,en otras.
Las noches de alegría y vicio no terminaron para ella,no. Esto es sólo una parada. Es su compensación por estos años ,por no saber todo,por no tener nada .Me regala su lección,su mirada particular dentro del tiempo,sus noches de portales perdidos y luces apagadas a la vuelta de la esquina,su meta en su hoy particular : vivir. Y ,por eso,se ha marchado,ha cogido un tren,ha decidido no bajarse en la próxima parada,seguir..."
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