“Supongo que fue un “adiós” lo que salió de su boca al despedirse. La incertidumbre es demasiado grande como para afirmarlo. Hay dos posibilidades : una, es que sus labios se movieran con las ganas de decir algo y que lo hiciesen para él ; otra, es que la despedida no fuese tal, sino que fuese el resultado de concadenar sucesos variopintos en nuestras vidas.
Sí,me marché. Sigo suponiendo que lo hice porque quería ,y ésto si que me atrevo a afirmarlo. Me fui porque tenía una lista con cosas para hacer,cosas con las que disfrutar,esas con las que te haces daño si quieres. Había algunas que no entraban en ella,cosas que no se vendían y ,por ello,no estaban a mi alcance. Fui en busca de esas cosas no asequibles y me encontré con su cariño,con las vueltas de mis idas entre sus risas,entre mis relatos de días alejada del sol,y otros de mis más claros despertares ante un nuevo horizonte.
Sigo volviendo,claro que lo hago...Pero no a su puerta. Supongo que desencaja bastante en la fachada,no ella en sí,sino el interior. Y no puedo afirmarlo,porque no conozco todas las habitaciones. Vuelvo porque quiero. Vuelvo porque los paseos con ese anhelante paisaje de fondo me recargan las pilas,me hacen sentir el olor del mar en lo más hondo...Porque lo importante es que vuelvo con lo que tengo,con quién no me da un “adiós” sino un “ hasta luego”,con las ilusiones a flor de piel.
Supongo que hoy ,desde aquel banco,dijo “¡Bienvenida a mí vida!” .Y puedo afirmarlo,sus labios lo hicieron.”
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