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" Son una lista de ocho letras,no elegidas ni impuestas,donde no importa la inicial,sino el significado entrelazado del abecedario. Los lazos que unen cada letra de cada todo son perceptibles al excavar en la superficie lisa de sus yo. Supongo que los acentos de su estructura interna hacen visibles sus virtudes cotidianas y ,con ellas, mis nuevos descubrimientos.

Sé que en una lista los números son primordiales,como la posterior valoración de un libro,poniendo lo mejor con el número 1,dejando caer en el olvido a los posteriores como si se tratase de un declive que no merece la pena mencionar. Pero en ésta no hay orden ni preferencia,cada letra tiene su número 1 separado por un espacio,no queriendo hacer más grande ese hueco en la “posible” eternidad.

Sé que lleva su tiempo aprender el trazado de cada inicial y del abecedario entero. Primero se necesita de rayas descontinuas para seguir hasta el final y comprender el principio. Con el paso del tiempo, creo pensar,esas rayas desaparecen como las que oprimen la grandiosidad de cada letra en el espacio interlineal.

Hay una diferencia entre todas : la tinta. Cada una lleva un tipo específico,¡con su color y todo! Desde las más pintorescas hasta las más oscuras,sin ser por eso menos interesante. Lo que cuesta es descifrar los componentes de cada solución,pensando acertar en un momento y errar en otro, porque se entremezclan ,a veces,tan rápido que no llegas a abarcarlas.

Porque sí,al fin y al cabo,cada una es ella misma,sin definición posible,letra de letra,ser de ser. "